miércoles, 30 de marzo de 2016

Bebés prematuros y masaje infantil

En la entrada anterior comentamos la importancia de la exterogestación para el desarrollo de los recién nacidos.  Pero, ¿qué ocurre cuando un niño nace antes de tiempo?
Los niños que nacen antes de lo previsto tienen el gran desafío de enfrentarse a un mundo para el que todavía no están del todo preparados. Su frágil organismo, con algunos de sus órganos sin desarrollar por completo, debe adaptarse al cambio de la calidez del vientre materno a la frialdad de un hospital.
La incubadora se convierte en su nuevo hogar, lejos de los brazos de papá y mamá, de los cuales sólo pueden disfrutar, en ocasiones, durante pequeños ratitos.
Ya conocemos la importancia de las sensaciones recibidas a través de la piel de los bebés, del tacto nutritivo aportado por sus padres.  Si bien es cierto que la prioridad del profesional médico es salvar la vida del recién nacido, en ocasiones se descuidan aspectos importantes como éste.
Debido a los protocolos de actuación establecidos, la mayor parte de las experiencias táctiles que reciben durante el periodo de hospitalización son manipulaciones, maniobras y pruebas que son percibidas como algo brusco y agresivo y que pasan a grabarse en su conciencia corporal.
Además, el resto de condiciones ambientales propias de los hospitales tampoco son favorecedoras: constantes ruidos fuertes y extraños para el recién nacido, luces brillantes, voces desconocidas...
Son momentos de estrés para el bebé y para sus padres, los cuales se ven privados de atender de forma adecuada todas las demandas de su hijo y de proporcionarle todas las caricias, miradas y palabras que desearían.  Para los papás el masaje constituye la herramienta a través de la cual pueden sentir que hacen algo importante en la recuperación de su bebé.
Hay estudios que demuestran que los bebés prematuros a los cuales se les aplica masaje aumentan su peso hasta en un 47% más.  Esto se debe a que a través de la experiencia de masaje se produce un aumento de hormonas y sustancias químicas responsables de la absorción de nutrientes.  Otros beneficios son el refuerzo del sistema inmunológico, respiratorio, circulatorio, gastrointestinal y linfático. Además de reducir el estrés al que está sometido el bebé durante la hospitalización.
Por todo esto, el masaje se convierte en algo imprescindible para mejorar el desarrollo y evolución de estos bebés. Es importante tener en cuenta como aplicarlo,  respetando siempre al recién nacido. Debido a todas las sensaciones bruscas que reciben, como ya hemos comentado, es posible que en un primer momento haya cierto rechazo ante el contacto físico. Por ello, es aconsejable comenzar muy poco a poco, con toques de relajación y manos que reposan, observando siempre las reacciones del bebé para no provocarle malestar ni sobreestimularle.
Para los padres que se encuentran en esta difícil situación, el masaje y los momentos de contacto piel con piel con su bebé suponen momentos únicos de unión, de sentirse el uno al otro. Es una vía de escape a la tensión y las preocupaciones para empezar a disfrutar de su hijo.

Os dejo un vídeo sobre los beneficios del masaje en los bebés prematuros.



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